Se me siguen saliendo las lágrimas, brotan sin que yo lo desee.
Para mi han pasado eternidades, para mi que te recuerdo con cada olor, cada gesto.
Es como intentar contener un líquido con mis manos, por más que trate, por más que parezca que lo estoy logrando, se derrama una gota y me canso de intentarlo, las abro, cae como cascada, como cascada de sentimientos.
Tú que me enseñaste de orgasmos, de saltos y de malabares.
Tú que me saboreas en dos segundos y me dejas tirada, recordandote.
Tú que sabías como hacerme llorar, pero nunca como hacerme parar de hacerlo.
Yo sé que a veces sólo son ganas, sé que son los deseos de mis manos bajando por tus nalgas, pero no es posible que las hormonas me duren tanto, por nada...
Parece un sueño, esa sensación de irrealidad cuando me vuelves a hablar...la odio, porque no sé si es verdad.
Tampoco sé que parte se te ilumina cuando me notas a la distancia, no sé a que se debe tu sonrisa cuando me ves venir, ni que sientes cuando me abrazas.
Es como una liga que no puedo romper, esa órbita de la que no me puedo salir, esa colisión elástica que me devuelve a ti, cada vez con menos energía pero me devuelve.
No es el corazón el que me hace dudar, es el orgullo, bendito orgullo.
No he terminado con esto, no he podido, y no sé...no sé por qué.
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