Odio el sonido de los platos de vidrio al rozarse, el estruendo de las puertas al cerrarse.
Por eso nunca me sirvo de comer si no hay platos afuera y nunca cierro cuando no hay necesidad.
Me disgusta la sensación de mis dedos sueltos mientras camino y la sensación de la cobija en mis pies descubiertos.
Por eso siempre tengo que salir de mi casa con anillos y ponerme medias antes de dormir.
Por esas pequeñas cosas que perturban mi día sin saberlo...por eso soy quien soy...eso tan vano que molesta me hace recordar que tan humana sigo siendo.
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